Youxin Kong, científica sénior, Vitry-Sur-Seine, Francia

Youxin Kong, científica sénior, Vitry-Sur-Seine, Francia

Youxin Kong, científica sénior, Vitry-Sur-Seine, Francia

Así es cómo aceleramos la I+D con inteligencia artificial

15 de junio del 2024

La inteligencia artificial es un concepto clave -e incluso inherente- del presente y futuro de Sanofi. La Compañía tiene la ambición de ser pionera, fuera de la industria tecnológica, en utilizar la IA a escala de manera transversal.

La IA puede transformar la forma en la que descubrimos, desarrollamos y administramos terapias, con el fin de ayudarnos a mejorar la salud de las personas.

Inmunología e Inteligencia artificial (IA). Estos son las dos áreas en las cuales en Sanofi nos estamos posicionando como biofarmacéutica líder a nivel mundial; es decir, los dos ámbitos clave del presente y futuro de nuestra Compañía, tanto a escala global como también local. La primera, no es de extrañar, pues actualmente tenemos 12 terapias y vacunas en investigación y desarrollo para patologías inmunológicas diversas. Pero, ¿y la segunda? La respuesta es clara: la IA nos va a permitir ser más eficaces, productivos y exitosos, desde el descubrimiento científico a la comercialización de medicamentos pasando, claro está, por su I+D. Todo ello con el fin de que los y las pacientes puedan beneficiarse cuanto antes.

Cristales multicolores de un complejo de dos proteínas humanas.
Cristales multicolores de un complejo de dos proteínas humanas.

Mejorar la probabilidad de éxito de los proyectos de I+D

Los métodos de IA, ciencias computacionales y análisis de datos nos van a permitir -y ya permiten- acelerar el descubrimiento científico y optimizar el proceso de investigación y desarrollo de un medicamento en pro de las personas afectadas por alguna enfermedad.

Para ello, contamos con un equipo que trabaja simultáneamente desde Toronto (Canadá), Cambridge (Estados Unidos) y el Global Innovation Center de Barcelona para, por un lado facilitar la identificación de dianas terapéuticas y moléculas para tratamientos inéditos reduciendo tanto el número de experimentos como la probabilidad de fracasar; y por el otro, acortar el ciclo de investigación de un medicamento en un 40%.

Nizar El Murr, con gafas y una barba negra corta, mirando en un microscopio.
Nizar El Murr, con gafas y una barba negra corta, mirando en un microscopio.

Real-World Evidence y ciencia abierta

A través de la IA y la bioinformática también encontramos patrones significativos en conjuntos de datos multidimensionales y multidisciplinares. Por ejemplo, para anticipar los brotes en personas con algunas afecciones, podemos usar los datos de los dispositivos portátiles, registros médicos electrónicos, genómica, proteómica y medidas ambientales en tiempo real.

Por otro lado, la ciencia abierta también nos ayuda a ir más allá. Colaborando con socios académicos y/o de la propia industria podemos mejorar la identificación y priorización de las dianas terapéuticas, extraer Real-World Evidence (RWE) para mejorar el conocimiento de las enfermedades.

Lo cierto es que todavía tardaremos unos 4 o 5 años en poder recoger los frutos de esta aplicación de la IA y el Data Science en la I+D de nuevos tratamientos innovadores, pero cuando llegue el momento seguro que será una gran revolución. Una revolución de la que, una vez más, los principales beneficiarios serán los y las pacientes.